"TRABAJO BASADO EN EL ESTUDIO DE LAS PROPIEDADES DEL DESECHO, PARA ENCONTRAR EN AQUELLOS, LAS PECULIARIDADES Y CUALIDADES QUE PERMITAN EN EL AGREGAR UN NUEVO VALOR, PREVIO A UN PROCESO LIMPIO QUE LO LLEVE A CONFORMARSE EN UN NUEVO PRODUCTO"
Escuela de Arquitectura Universidad de Talca.
Obra de Titulo
Arquitecto: Luis Calquín Parraguez.
Año:2010.
Proceso de construcción Enero-Octubre 2010.
Fecha entrega de la Obra: 8 noviembre.
Staff de profesores: Juan Román, German Valenzuela, Andrés Maragaño.
Profesor Guía: Juan Román Pérez.
Profesor informante: Cristian Palma Valladares.
Materialidad: Latas de aluminio recicladas, fierro de construcción 8,12 y 16 mm, alambre galvanizado y anclajes prefabricados de hormigón (uso en viñas).
Costo de la Obra: $977.706
Financiamiento: Rotary Club San Vicente, Supermercados Cugat, Ferretería Placacentro, Distribuidora Santa Cecilia y aportes propios.
Ubicación: San Vicente de Tagua Tagua, VI Región, Chile.
Participantes Construcción: Luis Calquín, Eduardo Zapata, Ramón Zamora, Cyntia Palominos, Claudia Palominos, Felipe Calquín, Jose Leyton, Rodrigo Meza, Cesar Augusto.

Aula Actividades Especiales

CONCLUSIÓN

Durante los años como estudiante en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca logré, entre muchas otras cosas importantes, entender el valor de la materia y el crear a partir del propio entorno. De lo anterior mi interés por estudiar en este caso un material especifico, sus propiedades, para hallar cualidades y posibilidades ignoradas o no tomadas en cuenta.
Hallar esas cualidades y posibilidades se traduce entonces en una búsqueda a través de la experimentación:
tomar el objeto, cortarlo, estirarlo, comprimirlo, romperlo, encajarlo, e incluso hasta apedrearlo, como un sin fin de opciones más, pues estas pruebas van revelando un entendimiento a raíz de una progresiva sensibilización con el material.
Oír con detalle el crujir del envase al ser comprimido con fuerza, posibilita entender resistencias que el propio material y su figura van asumiendo hasta llegar a un punto de estabilidad entre la fuerza que se busca obtener y la fuerza que ofrece el material en su nueva geometría.
Hoy en día nos hemos acostumbrado a un entorno material repetitivo y de catálogo, alejándonos cada vez mas del “tacto” que nos ofrece la experimentación del entorno y sus materiales.
Por mi parte, creo entender que en la mayoría de los casos el arquitecto es un usuario y partícipe de los avances tecnológicos y al mismo tiempo un consumidor de productos en venta. Por consiguiente,
la arquitectura, como en muchas ocasiones, se vuelve estándar y con materiales descontextualizados
que no responden a los verdaderos requerimientos en nuestras obras.
La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca en repetidas oportunidades me aprovisionó y guió en este tipo de búsquedas y gracias a ello puedo entender pequeñas sutilezas que nos pueden
enriquecer como arquitectos. Esta vez, este estudio intenta dar prueba de aquello: que con sólo un pequeño gesto; el gesto de aplastar de una manera diferente, significa marcar la diferencia entre una pieza constructiva y la palabra basura.

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